Cargando...Si pudiéramos elegir una nueva religión, seguro que elegiríamos la congregación dedicada a la venta masiva de marihuana medicinal fundada por Sor Cannabis. Tras una serie de hechos inoportunos, Christine Meeusen, más conocida en la actualidad como la hermana Kate, decidió potenciar su espíritu emprendedor. Quizás fue la educación en colegios de monjas o los 10 años que pasó viviendo en Amsterdam, pero lo cierto es que todas estas circunstancias inspiraron la creación de esta congregación.
Así fue como Kate decidió colocarse un falso hábito y empezar a montar una congregación dedicada al cultivo y venta de la marihuana medicinal. En un primer momento comenzó vendiendo ungüentos en una tienda virtual. Su éxito fue tal que incluso tiene un documental llamado Rompiendo hábitos, que se puede ver en Movistar +.
California legalizó el consumo de marihuana medicinal en 1996, bajo prescripción médica. Por ello, la ‘hermana Kate’ tuvo que hacer auténticos malabarismos para no incurrir en delitos con su negocio. Los aceites y cápsulas que comercializa son productos para aliviar algunos síntomas como podrían ser el insomnio, la artritis y la ansiedad. Tiene también una cuenta de Instagram donde promociona los beneficios de su estilo de vida.
Un imperio del cannabis
El imperio de Sor Cannabis iba creciendo según su popularidad se expandía por los medios de comunicación estadounidenses. La historia de Meeusen se extendió y cada vez más mujeres, con historias similares a la suya, que decidieron dar el paso y acabar mudándose con ella.
Desde entonces, la congregación pasó a llamarse Sisters of the Valley (hermanas del valle). En todo este entramado empresarial, su hijo mayor se ha convertido en una pieza clave.
Meeusen se declara así como una líder de un movimiento espiritual. Desde entonces, su actividad se ha convertido en todo un imperio. “El hábito es una forma de sentirse protegida en un mundo que le ha dado la espalda”.
Asegura que no pasan el tiempo rezando. Sin embargo, para ellas, cultivar es una forma de crear un ambiente de oración. Es un tiempo de tranquilidad y desconexión en el que ellas se sienten en sintonía con la marihuana.
De la misma forma que la gente se engancha y empatiza con personajes como Walter White en Breaking Bad o Tony Soprano, en Los soprano, el documental atrajo a numerosas personas, todas ellas empáticas de la situación de Meeusen. Es más, según Ryan, creador del documental, “observar a alguien que desafía las normas y juega con los límites nos permite fantasear con cómo seríamos nosotros si nos atreviésemos también a romper con todo”.
